
LA XIRGU Y GARCIA LORCA PIDEN LA LIBERTAD DE UN ANARQUISTA
Agosto de 1935 Con Margarita Xirgu y Federico García Lorca estuvo a punto de producirse en Fuente-Obejuna otro levantamiento. Con motivo del tricentenario de Lope de Vega se estrenó «Fuente Ovejuna» en la plaza del pueblo, ante la iglesia que se levantó sobre los pilares del castillo de! Comendador. Actuaban de protagonistas Margarita Xirgu y Enrique Borras. En esta obra debutó la actriz Amelia de la Torre en el papel de Pascuala. Federico García Lorca acompañó a la Xirgu a Fuente-Obejuna. Antonina Rodrigo—en «García Lorca en Cataluña» y «Margarita Xirgu y su teatro»— apunta la curiosa anécdota, que les ocurrió a Margarita y Federico y que es muy poco conocida, por lo que interesa recordar con detalle:
«Las autoridades de Fuente Obejuna habilitaron camerinos para los actores en varias dependencias del Ayuntamiento. El de Margarita daba a un patio pequeño, en el que se encontraba un hombre que, como desasosegado, lo recorría de un extremo a otro, como una bestia enjaulada. La actitud inquieta del hombre llamó la atención de la actriz, que quiso saber qué le ocurría.
Uno de los alguaciles se apresuró a tranquilizarla: se trataba de un «peligroso anarquista que había caído por aquel lugar», y el alcalde había decidido encerrarlo hasta que terminara la función, temeroso de que el argumento justiciero de la obra soliviantara el ánimo del anarquista y la rebelión popular saltara del escenario a la calle. Margarita, indignada, se lo contó a Federico y éste fue enseguida en busca del alcalde y lo persuadió de que pusiera en libertad al presunto alborotador. El munícipe accedió a soltarlo en el acto.
El gesto de la actriz y el poeta se extendió entre el vecindario y, al terminar la función, el público, inesperadamente, se precipitó en masa hacia el escenario. García Lorca, en un principio, al ver aquel enfervorizado oleaje humano, temió, como los munícipes, que el pueblo enardecido por las voces de «¡Fuenteovejuna, todos a una!» fuera a linchar a los caciques y a los actores que hacían el papel de malos.
Hubo momentos de auténtico desconcierto, hasta que pudieron comprobar que lo que el pueblo pretendía demostrar era su simpatía por la parte asumida por el autor y la actriz en la libertad del anarquista.
Horas más tarde, en la posada del pueblo, mientras Federico paladeaba el fino vinillo de la tierra, daba gusto oírle contar el moderno levantamiento de Fuenteovejuna, pasado por el tamiz de su fantasía y la lírica gracia andaluza de sus imágenes».
En los años cincuenta volvió a representarse «Fuente-Ovejuna» en el mismo escenario, bajo la dirección de José Tamayo, con Aurora Bautista, Javier Escrivá, Andrés Mejuto… La tercera vez, en los años sesenta, llevó «Fuente-Ovejuna» a su escenario natural, José L. Osuna, con Analía Gadé de protagonista. Sin embargo, en 1976, que se celebraba el quinto centenario, no hubo representación. Quizá entonces no le interesaba al Gobierno favorecer una manifestación cultural que podía colaborar a despertar los ánimos en una Andalucía muy movida.
«En Fuente Ovejuna —escribió Menéndez Pelayo—, el alma popular que hablaba por boca de Lope, se desató sin freno y sin peligro, gracias a la feliz inconsciencia política en que vivían el poeta y sus espectadores. Hoy, el estreno de un drama así promovería una cuestión de orden público, que acaso terminase a tiros en la calle. Tal es el brío, la pujanza, el arranque revolucionario que tiene; enteramente inofensivo en Lope, pero que, transportado a otro lugar y tiempo, explica el entusiasmo de los radicales de Rusia»,
Fuente del texto: Fragmento del artículo ENTRE LOS VIEJOS Y LOS NUEVOS COMENDADORES: FUENTE-OBEJUNA «¡MUERAN LOS TIRANOS!, ¡FUERA LOS BRACEROS!», por Antonio Ramos Espejo . 92-103
Y además más información sobre la Fuente Obejuna de 1980.
TIEMPO DE HISTORIA AÑO Vil • NUM. 77 • ABRIL 1981